2.1 El ecosistema

     El ecosistema se define como un conjunto de especies que interactúan entre sí, mediante procesos de depredación, parasitismo, simbiosis y con su ambiente; este último, al desintegrarse vuelve a ser parte del ciclo de vida.

     Las especies de los ecosistemas, incluyendo los organismos unicelulares y bacterias, además de hongos, plantas y animales, tienen interdependencia. Por tanto, las relaciones entre especies y su medio ambiente integran el delicado equilibrio de la vida en la Tierra. Este ciclo entre la materia y la energía es lo que se conoce comúnmente como ecosistema.



     Es importante resaltar que los ecosistemas no tienen fronteras bien definidas; pero, en algunas fronteras existe una combinación de ambas, por tanto se dice que existen lugares con ecosistemas combinados, los cuales se conocen como ecotonos.

     Un ecosistema está compuesto de diversas especies. Todos los individuos de la misma especie en un ecosistema forman una población. Un ecosistema podría tener de centenares a millares de poblaciones de diversas especies.

     Hay ocho grandes ecosistemas (o biomas) en el mundo. Estos son el bosque templado, el bosque lluvioso tropical, el desierto, la pradera, la tundra, la taiga, el chaparral y el océano. Cada uno es muy diferente de los otros.

     ¿Qué hace que ellos sean tan diferentes? Son tan diferentes debido a que las cantidades de luz solar y lluvia son muy diferentes. Y también la temperatura es diferente. Igualmente, cada uno tiene plantas y animales especiales que viven allí.

     Aunque están viviendo en el mismo lugar, cada especie juega su propio papel en un ecosistema. A este rol se le conoce como nicho. El nicho de una especie puede ser trepar árboles y comer de su fruta, mientras que el nicho para otra especie podría ser ir en la cacería de pequeños roedores. Para un árbol, un nicho podría ser crecer alto y hacer alimentos con la energía del sol a través del proceso de la fotosíntesis. Si el nicho de dos especies es similar, puede ser que compitan por el alimento u otros recursos.



     Es importante destacar que un número mayor de especies, o de diversidad biológica, lo que comúnmente se conoce como biodiversidad de un ecosistema, confiere una mejor capacidad de recuperación de un ecosistema, debido a que ese gran número de especies puede absorber y reducir los efectos dañinos de los cambios ambientales.

     En otras palabras, la biodiversidad reduce el impacto del cambio ambiental en la estructura total del ecosistema. Asimismo, también ofrece la posibilidad de un cambio a un estado diferente; si el ecosistema es manejado en forma inteligente se pueden proveer bienes y servicios de manera sostenible.

Arturo, E. V. (2014). Desarrollo Sustentable. Ciudad de México: Patria.

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